Soy Susan, tengo 52 años y vivo en Santo Domingo.

Durante años trabajé en el mercado local vendiendo mangos frescos, bajo el sol y con una sonrisa. Pero últimamente, todo empezó a cambiar.

Al final del día, llegaba a casa sintiéndome completamente agotada. Era como cargar un peso invisible bajo el calor dominicano. El cansancio normal del trabajo se sentía diferente, más profundo.

Probé de todo: descansar más, tomar jugos… pero nada parecía funcionar. El agotamiento seguía, junto con una sensación de pesadez general.

Me sentía sin energía, sin ganas ni de jugar con mis nietos ni de subir las escaleras de la casa que con tanto esfuerzo construí con mi esposo.

Pensaba: “Es solo el cansancio de la edad…”

Pero en el fondo, no quería aceptar que ese nivel de agotamiento fuera normal. Me sentía frustrada. Veía a mis amigas y vecinas con más ánimo, y yo solo quería sentarme. No quería convertirme en una persona que solo mira la vida pasar.

Fue entonces cuando escuché sobre un apoyo natural para el bienestar general, con bioflavonoides de plantas que ayudan a mantener la vitalidad y reducir la sensación de cansancio diario.

Se llama Corazex.

No fue magia. Pero poco a poco empecé a sentirme con más energía. Era como si mi equilibrio interno mejorara. Volví a caminar con más ánimo, a trabajar sintiéndome más fuerte y con más vitalidad.

Hoy sé que buscar un apoyo para mi bienestar fue lo que me cambió la vida. No esperes a que el agotamiento te quite tus mejores momentos.